Agua y barro
Lapicero
Querría decir que me paso la vida rodeada de plumas, pero en realidad son teclados, bolígrafos y lápices. Así que el lapicero es el refugio de mi herramienta de trabajo, la escritura, que a veces pongo al servicio de los demás, pero otras —menos de las que me gustaría— se queda para mí. En este espacio están mis historias: las propias, las ajenas y las imaginarias
El último verano que sí
El amanecer más bonito del año
Primavera. Esperanza
Las flores son un mensaje de que lo que está pasando ya no volverá a pasar. Pero mientras haya flores en el jarrón, creeremos que vamos ganando la partida
Adiós a los faros de invierno
En invierno, la vida se detiene, y hay que tirar de esperanza para avistar el faro. Pronto olerá a azahar y nos acordaremos de las cosas banales
Otoño. Nostalgia
Todos los otoños comparten la nostalgia. Toca desprenderse de los cielos despejados durante los largos días de verano. Ahora el suelo cruje y el cielo truena, advirtiéndonos de que algo termina y otra vida comienza
La felicidad no se ve de cerca
Cuando me despierto, miro muy de cerca las motas negras sobre los ojos verdes de Bruma, consciente de que la mayoría del tiempo me pierdo esos pequeños misterios. Con la felicidad me sucede lo mismo
El trabajo, el amor y el amor por el trabajo
A mí, querido escritor atormentado, la vida me da la fuerza, y paso de la teatralidad del vaso de whisky: prefiero los vermús al sol